sábado, 13 de junio de 2009

Los temas de la Oreja son parte de mí

sábado, 13 de junio de 2009

A Bunbury le piden en cada concierto canciones de Héroes, pero no las hace: considera esa etapa cerrada y mira adelante. ¿Cómo maneja Amaia Montero este tipo de peticiones con el repertorio de La Oreja de Van Gogh?
Pues bien, porque incluyo temas de La Oreja en directo, además de hacer las once canciones de mi disco. Respeto mucho la postura de Bunbury, pero los temas de La Oreja son parte de mí y por eso los sigo cantando, no hay problema con eso. Tengo banda nueva y, por lo tanto, es inevitable hacer algunos ajustes, probar cosas nuevas, pero lo que se oye es lo que conoce el público, las melodías y arreglos básicos tal y como son.

¿Cae alguna versión también?
Me gustaría, pero no hay sitio... entre el nuevo disco y las canciones de La Oreja daría para hacer un concierto de tres horas. No lo descarto en el futuro, me apetece probar con alguna de los Beatles, por ejemplo.

¿Fue dura la criba con el nuevo material? ¿Mucho sacrificio y dolor a la hora de quedarse con esas once canciones?
La verdad es que tenía bastantes temas, dediqué nueve meses a componer todo lo que fue saliendo. Las cribas las fui haciendo yo, pero la última se hizo ya en Génova con Claudio (Guidetti, su productor), y se trataba de elecciones muy directas: una u otra. De hecho, yo quería un disco de diez canciones porque me gustaba ese número, pero al final fueron once, no pudimos descartar ninguna de las que finalmente entraron.

Los cambios de imagen han sido una constante en la carrera de Amaia Montero. ¿Siempre ha gozado de libertad en esa parcela?
En esa y en todas, siempre he hecho lo que me ha dado la gana con mi aspecto, hombre (ríe), y ahora más que nunca. Y ejerciendo mi libertad, me dejo asesorar por personas en las que confío: en este caso, una sobre todas, mi hermana Idoia, que también se ha encargado del arte del disco.

En España, después de ocho meses, las cifras de ventas son más que respetables en estos tiempos de crisis. El tema 'Quiero ser' ha batido récords en descargas y politonos, y el disco obtuvo a finales de marzo el doble platino (160.000 copias) en España...
Los números están ahí, y no puedo sino agradecer al público el cariño y la confianza que me está dando. Además, en América también está yendo muy bien, anduve por allí hace mes y medio, vuelvo la semana que viene... en todas partes me tratan de maravilla, aunque México es especial.
¿Cómo se presenta el verano? ¿Mucho bolo, ajustes de caché? ¿Le ha afectado la crisis?
No me puedo quejar, tenemos un buen número de contratos. Es importante consolidar algo nuevo con todo el escenario posible, y por suerte he hecho mucha química con la banda, tanto en el plano musical como en el trato personal. Todo es un poco nuevo para mí y, por ahora, la sensación me encanta. Ya somos cómplices: además, son cuatro musicazos.

¿Y los fans? ¿Le siguen prodigando todos esos piropos?
Voy bien servida, la verdad, y últimamente más (se ríe con ganas) pero hay uno que recuerdo especialmente, me lo dijeron en San Sebastián, paseando: "Cuidado, sirena, que si te pillan te encierran en el Aquarium...".

¿Un guiño a la peña zaragozana?
Todos los del mundo. Mi madre se llama Pilar, mi padre hizo la mili en Zaragoza, uno de mis mejores amigos vive allí, me encanta la basílica y la Virgen del Pilar... en su plaza hicimos uno de los primeros conciertos de La Oreja en el 98, en fiestas, ante miles de personas, y nosotros allí arriba, asustados y alucinados. Fue genial, un recuerdo muy bonito.

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